viernes, 5 de agosto de 2011

EL MISTERIO DE LAS PIRÁMIDES

Bovis se agacho y levanto al ratoncito muerto, alli en el piso. Estaba perfectamente momificado. Corria el año 1850, en el interior de la pirámide de Keops y el relato figura en los folletos que puedes comprar en cualquier lugar de Egipto.

Bovis volvio a Francia pero no se conformo con su pequeño y misterioso hallazgo. Construyo una pirámide pequeña en su propia casa, conservando a escala las proporciones exactas de las egipcias. Luego la oriento como aquellas, con cada una de sus caras apuntando perfectamente a cada uno de los puntos cardinales. Consiguió un gato muerto y lo coloco debajo de aquella figura geométrica. Y alli aparecio el asombro. Prácticamente en segundos el gato quedo momificado, como si le hubieran hecho un tratamiento especial. Bovis, alborozado, dio a conocer su descubrimiento: alguna fuerza misteriosa que no sabia definir hacia posible momificar lo que se pusiera bajo una pirámide bien construida y mejor orientada. La noticia alcanzo los diarios. Karen Drbal, un ingeniero checoslovaco leyo el informe y tildo a Bovis de farsante. Entonces imito en todos los detalles, el experimento. Cuando llevaba momificados mas de una docena de animales de todo tipo, el ingeniero Drbal no tuvo mas remedio que aceptar que alli – bajo una pirámide – habia fuerzas que no alcanzaba a comprender ni mucho menos a explicar pero que eran realmente poderosas. El hombre probo con otros elementos y, cuando le coloco una hojita de afeitar, volvio a asombrarse: la vieja y enmohecida hojita lucia nueva. El ingeniero se rindio ante las evidencia y se sumo a los investigadores de los poderes de las pirámides.

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