viernes, 5 de agosto de 2011

Las Angueras


En verano se suelen dar mas a menudo tragedias en el rió de ahogados. Casi siempre por negligencia o un accidente. Por la causa de todas estas muertes, se dice que estas almas no pueden descansar en paz y da motivo a la leyenda de Las Angueras.

Cuentan que los lamentos de estos seres son muy escalofriantes y se pueden escuchar cuando el día esta terminando y la penumbra empieza a cobrar vida.

Cuando los pescadores o las personas que saben de las angueras, escuchan ruidos o silbidos por detrás de ellos, jamás se dan vuelta para observar. Porque saben que si cometen ese gran error pueden quedar sordos, ciegos o locos por siempre.

Los pescadores suelen llevar en sus canoas un poco de sal, para cuando hace la aparición algún espíritu de estos; un ritual que vence a esta alma en pena es el que consiste en hacer la señal de la cruz y lanzar un poco de sal con la mano izquierda hacia atrás.

Las mujeres de la costa de Esquina y Reconquista, son muy supersticiosas y colocan junto al lugar en donde se ahogo alguna persona una cruz, ya que de esa manera el espíritu de la victima se amansa y no se convierte en anguera dañina.

La gente de las islas comenta que estos seres salen a espiar en silencio y son muy envidiosos. No tienen forma definida, se instalan en las canoas y se deja llevar por la corriente, emitiendo un silbido espeluznante que se prolonga por las aguas de un rió sereno. También dicen que las embarcaciones que ellas usan jamás se recuperan y se pierden misteriosamente.

Una vieja leyenda cuenta que “El gritón” de la boca del arroyo de “Las Conchillas”, es una anguera astuta y disgustada. Nadie debe vociferar cuando atardece ni durante la noche, porque “El Gritón” lo puede enloquecer con un eco aterrador. Se cree que allí se ahogo, hace mucho tiempo atrás, una persona que pidió auxilio de forma desesperada sin que nadie la escuchara. Su Anguera suele ser vista, en la noche de luna, como una masa transparente y sin forma rozando las aguas de la playa y seguida de toda clase de peces, mientras su grito penetrante estremece la boca de “Las Conchillas”.


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